jueves, 17 de diciembre de 2015

Atención plena, Concentración, Discernimiento



La atención plena es una energía que generamos durante nuestra práctica, generar atención plena es la práctica básica. La atención plena es el tipo de energía que nos ayuda a estar aquí, establecidos en el momento presente. La atención plena ayuda a que la mente vuelva al cuerpo, por eso podemos estar verdaderamente presentes, verdaderamente vivos, y somos capaces de tocar las maravillas que están disponibles justo ahora. La atención plena nos ayuda a ser conscientes de lo que está ocurriendo dentro de nosotros, de nuestra felicidad y también de nuestro sufrimiento, así como el sufrimiento del mundo, y a trabajar por la felicidad del mundo.

La energía de la atención plena lleva consigo la energía de la concentración. Cuando eres plenamente consciente de algo, de algún modo ya estás concentrado en esa cosa. Cuando llevas tu atención a algo, si puede preservar y  mantener viva tu atención plena, te concentrarás de manera natural en el objeto de tu mente. Cuanto más concentrado estés, más conscientes te vuelves. Así pues, las dos energías se apoyan mutuamente.
Cuando la atención plena y la concentración son suficientemente poderosas, empiezas a tener discernimiento. Discernimiento es iluminación, es comprensión.
… Cuando tenemos discernimiento sabemos qué hacer y qué no hacer, qué decir y qué no decir, qué pensar y qué no pensar. Los tres tipos de energía que generas en tu práctica son el fundamento de todo tipo de ética. No puedes hablar de de moral, ética o un código de conducta sin hablar de atención plena, concentración y discernimiento. Es con la energía de la atención plena, la concentración y el discernimiento como puedes encontrar un camino, construir un camino que conduzca a la paz y a la felicidad, un camino de transformación y curación. Es muy importante que cada vez que reflexionemos sobre el tema de la ética mundial, lo hagamos siempre en términos de práctica. Nuestra práctica básica es la práctica de generar la atención plena, la concentración y el discernimiento. El discernimiento genera compasión, amor, armonía y paz.


Thich Nhat Hanh
Buenos Ciudadanos

Oniro 2013. Pag 127-128-129

martes, 8 de diciembre de 2015

Meditación del abrazo


Cuando nos abrazamos nuestros corazones se conectan y sabemos que no somos seres separados. Abrazar con atención y concentración puede lograr la reconciliación, la curación, el entendimiento y mucha felicidad. La práctica del abrazo consciente ha ayudado a muchos a reconciliarse con los demás, padres e hijos, madres e hijas, amigos y amigas y tantos otros.
Podemos practicar la meditación del abrazo con un amigo, nuestros hijos, nuestro padre, nuestra pareja o incluso con un árbol. Para practicar, primero nos inclinamos y reconocemos la presencia del otro. Entonces podremos disfrutar de tres profundas respiraciones conscientes estando plenamente presentes. A continuación, abrimos los brazos y abrazamos al otro. Nos abrazamos durante tres respiraciones. Con la primera respiración, somos conscientes de que estamos presentes aquí y ahora y estamos contentos. Con la segunda, somos conscientes de que el otro está plenamente presente y estamos contentos. Con la tercera, somos conscientes de que estamos plenamente presentes juntos, ahora, en esta tierra y sentimos una profunda gratitud y felicidad por nuestra unión. Para terminar, nos inclinamos ante el otro para mostrar nuestro agradecimiento.
Cuando nos abrazamos así, la otra persona se vuelve real y viva. No necesitamos esperar a que alguien salga de viaje, es posible abrazar en este momento y recibir el calor y la estabilidad de nuestro amigo en el momento presente. Abrazar puede ser una práctica profunda de reconciliación

La Sanga de la Aldea de los Ciruelos