martes, 8 de diciembre de 2015

Meditación del abrazo


Cuando nos abrazamos nuestros corazones se conectan y sabemos que no somos seres separados. Abrazar con atención y concentración puede lograr la reconciliación, la curación, el entendimiento y mucha felicidad. La práctica del abrazo consciente ha ayudado a muchos a reconciliarse con los demás, padres e hijos, madres e hijas, amigos y amigas y tantos otros.
Podemos practicar la meditación del abrazo con un amigo, nuestros hijos, nuestro padre, nuestra pareja o incluso con un árbol. Para practicar, primero nos inclinamos y reconocemos la presencia del otro. Entonces podremos disfrutar de tres profundas respiraciones conscientes estando plenamente presentes. A continuación, abrimos los brazos y abrazamos al otro. Nos abrazamos durante tres respiraciones. Con la primera respiración, somos conscientes de que estamos presentes aquí y ahora y estamos contentos. Con la segunda, somos conscientes de que el otro está plenamente presente y estamos contentos. Con la tercera, somos conscientes de que estamos plenamente presentes juntos, ahora, en esta tierra y sentimos una profunda gratitud y felicidad por nuestra unión. Para terminar, nos inclinamos ante el otro para mostrar nuestro agradecimiento.
Cuando nos abrazamos así, la otra persona se vuelve real y viva. No necesitamos esperar a que alguien salga de viaje, es posible abrazar en este momento y recibir el calor y la estabilidad de nuestro amigo en el momento presente. Abrazar puede ser una práctica profunda de reconciliación

La Sanga de la Aldea de los Ciruelos






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