No es ninguna novedad que hemos
crecido en una sociedad que lo quiere todo ahora: por esto esperar les parece,
a muchas personas, una actividad insoportable. Sin embargo, la impaciencia es,
en cualquier contexto, uno de los principales obstáculos para desarrollar la
maestría porque, cuando somos impacientes, nos sentimos inclinados a abandonar.
Por eso, una de las mayores habilidades que podemos desarrollar —y que nos
servirá en todos los ámbitos de nuestra vida— es la paciencia.
La paciencia es esa tranquila voz
interior que te susurra «ve poco a poco», dejando espacio a lo que está aquí.
Gracias a ella, empiezas a entender que este es el momento que tienes al
alcance de tu mano y que es importante que estés presente en él, puesto que es
el momento en que estás viviendo tu vida.
Algunas experiencias comunes de
impaciencia:
• En medio del tráfico.
• Cuando estas esperando el transporte público.
• En la cola de un supermercado o de un cajero
automático.
• Descargando una aplicación.
• Cuando habla otra persona y esperas tu turno para
intervenir.
• Aguardando una respuesta por whastapp o correo
electrónico.
• Cuando alguien no te entiende.
• En compañía de algunas personas.
• Cuando un niño tiene una rabieta.
• Intentando dormir
¡Practica!
Lo más maravilloso del ejercicio de la paciencia es
que transforma todas experiencias de nuestra vida cotidiana —las que menos nos
agradan— en oportunidades para practicar y crecer. Esto se parece a un
estupendo truco de magia. Dedica unos momentos a pensar en todas las ocasiones
a lo largo del día en las que sueles mostrarte impaciente.
Cuando empieces a reconocer en qué momentos la
impaciencia irrumpe en tu vida cotidiana, quizá descubras que es una
experiencia sentida en el cuerpo como, por ejemplo, una opresión en el pecho o
tensión en los hombros o el rostro. También puedes percibir una secuencia de
emociones y pensamientos reactivos. Asimismo, advertirás que la impaciencia
tiene un periodo de vida limitado y que, como el resto de las cosas, aparece y
desaparece de manera natural. Si miras a tu alrededor, verás que no eres el
único que se esfuerza en ser paciente. La
experiencia de no sentirse a merced de la impaciencia resulta empoderadora. Todos podemos
desarrollar más paciencia y experimentar la sensación de libertad que está ahí
siempre.
El manual del mindfulness
Autores: Bob Stahl & Elisha Goldstein
Fuente: Blog Editorial Kairos
Fotografía: Tute
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