sábado, 10 de junio de 2017

Puedes amar ...

auto-compasión

Puedes amara a aquel que…
Hay uno en ti que es dulce.
Hay uno en ti que es malo.
¿Puedes amar a ambos?
¿Puedes permitir que ambos puedan ser vistos?
¿Puedes amar a la persona que está intentando?
¿Y amarla cuando falla?
¿Puedes amar a la persona que miente?
¿Y amar a la que se lamenta?
¿Puedes amar tus lágrimas?
¿Puedes amar tus preocupaciones?
¿Puedes amar tus más oscuros temores?
¿Puedes amar tu furia?
¿Puedes amar la indiferencia?
¿Amar al que se apega?
¿Puedes amar al que es vibrante?
¿Amar el que canta?
¿Puedes amar a tu adicto?
¿Puedes amar a tu ladrón?
¿Puedes amar a tu vanidad?
¿Puedes amar a tu dolor?
¿Puedes amar a tu niño interior?
¿Y a tu cuerpo a medida que envejece?
¿Puedes amar a tu lado salvaje?
¿Soltarlo de su jaula?
¿Puedes amar al que alcanzó sus logros?
¿Y al que no?
¿Puedes amar a la persona fría?
¿Y a aquel cuyo temperamento es cálido?
¿Puedes amar a los débiles?
¿Y a los que se enferman?
¿Puedes amar al guerrero?
¿Al que pelea a través de lo delgado y de lo espeso?
¿Puedes amar a tu cerebro disperso?
¿Puedes amar tu locura?
¿Puedes amar a tu sano juicio?
¿Puedes amar a tu necio corazón?
Hay uno en quién está aburrido.
Y uno que a menudo está estresado.
¿Puedes amarlos a los dos a la vez?
¿Y a ella, que intenta siempre hacer lo mejor?
Si la respuesta es “no”
Para algo de lo escrito más arriba
¿Entonces puedes amar a aquel que en tí
está aprendiendo a amar?

-Leah Pearlman

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